Respuesta a F. Góngora.
Vayamos al meollo de la cuestión sin andar por las ramas.
Primer dato objetivo: Ante todo, la palabra Genocidio es un término inventado por la ONU en 1948 y no por mí. Es una expresión híbrida mitad griega mitad latina. En el diccionario de Griego que tengo en mis manos, “genos” es traducido como “pueblo, nación, raza” y el latino “-cidio” tiene su origen en “caedere” que significa “dar muerte”. Como es un tecnicismo internacional etiquetado en forma grecolatina, resulta que expresa y a la vez oculta. Por ello, a fin de que exprese mucho y oculte lo menos posible, he preferido traducirlo a castellano vulgar, conservando su literalidad, con la expresión “matapueblos”. Ese primer dato es objetivo y no mío personal.
Segundo dato objetivo: A “genocidio” o matar pueblos se opone el Derecho de Autodeterminación de los Pueblos, jurídicamente establecido también por la ONU y en vigor desde 1977. Sr. Gongora: si Ud. o los gobiernos españoles, franceses, rusos, chinos, sudaneses, judíos, americanos, turcos, etc. etc. se oponen a este derecho, en ese caso se enfrentan, no a mí, ciudadano de a pie, sino a la ONU.
Tercer dato objetivo: El imperialismo mata-pueblos es un hecho histórico, criminal y lamentabilísimo en que han incurrido muchísimos estados (casi todos), entre ellos el español y francés, en los últimos seis mil años ( como lo dije en mi anterior escrito): desde Sumeria hasta hoy, pasando por los cartagineses y romanos (que Ud. nombra), griegos, persas, árabes, chinos, etc. etc. Por parte de España, ahí están las conquistas genocidas de Canarias, América, Navarra y Cataluña. Lo que internacionalmente es percibido como el mayor genocidio que se conoce en la historia es el de América, perpetrado por España de 1492 a 1600. ¡Todo un record histórico-mundial! ¡Horrible honor! “No se ponía el sol en sus dominios”.
Cuarto dato objetivo: Por eso, queriendo la ONU poner remedio a tanto crimen y fijar una base para la paz internacional, proclamó, con valor jurídico, el Der. de Autod. de los pueblos, que tanto España como Francia firmaron, pero que, como tantos otros, no lo cumplen.
Quinto dato objetivo: Escasa, aunque creciente, conciencia mundial en exigir el cumplimiento de este derecho. Lamentablemente, lo más extendido mundialmente, han sido y son los “gloriosos” imperialismos matapueblos, que son apologías públicas y masivas de ese crimen. Ejemplos son los apodados Alejandro Magno y Carlomagno, que fueron magnísimos criminales imperialistas; los arcos de triunfo y homenajes en Roma a los generales y emperadores tras las victorias imperiales. Lo mismo en EEUU tras sus victorias imperiales en Oriente Medio. Otro ejemplo de viejísima -y actual- apología de los crímenes imperialistas es que algunos, en su inconsciencia, proclamen a Extremadura como “tierra de conquistadores”. ¡Triste homenaje les hacen! También en Francia es difícil oir hablar del criminal imperialismo de Napoleón. Así, podríamos pasar 24 horas enumerando las habituales apologías de los crímenes matapueblos de ayer y de hoy. Todo parece indicar que hoy en España son mayoría los que se niegan a reconocer el Derecho de Autodeterminación a vascos, catalanes, canarios y gallegos; defensores, por el contrario, del encadenamiento esclavo de éstos a España quieras no quieras. Muy honrosas excepciones son el reconocimiento que, ahora, Inglaterra ha hecho sobre Escocia y Dinamarca sobre Groenlandia como Chequia lo hizo sobre Eslovaquia, Rusia sobre Ukrania y muy poquitos más; ¡ojalá sea signo de nuevos tiempos!
De mi cosecha es:
Primero: la aplicación de esos criterios a la destrucción de nuestra Donostia de 1813. Esto fue un genocidio horrendo ejecutado por los aliados y, probablemente, con el general Castaños como principal instigador. Además, los donostiarras fueron sus “víctimas”, que no “liberados” ni tampoco “perdedores” de una batalla en que no tomaron parte.
Segundo, que a la Nación Vasca le asiste el derecho de autodeterminación y ha sufrido el genocidio por parte de los imperialismos hispano-franceses, los cuales, una vez más, quieren repartirse la tarta vasca y hacerla desaparecer como nación.
Tercero: ¿Se adhiere UD. o no a la lucha mundial contra todos los imperialismos matapueblos (incluídos los de España y Francia) y en pro del Derecho de Autodeterminación de todos los Pueblos (incluído Euskalerria). ?
Estamos hablando del meollo de la cuestión. Da la impresión de que a Ud., periodista de “El Correo Español”, no le agrada el tema de los derechos de los pueblos, al menos cuando los reivindica Euskal Herria. Si Ud. llama a esta reflexión “historicismo”, quiere decir que no sabe qué es historicismo ni psicologismo ni sociologismo ni biologismo ni moralismo ni…
Mikel Urkola.
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